miércoles, 16 de septiembre de 2009

ESTAFA MORAL

Hace unos días, vi en televisión un programa que reveló toda la sangre de mis venas. Nos quejamos de la inseguridad, de la violencia y de la falta de compromiso que tenemos como sociedad. Pero viendo esto pensé: ¿CÓMO MIERDA QUIEREN QUE TENGAMOS COMPROMISO? SI LA VEZ QUE COMO PUEBLO SACAMOS TODO NUESTRO PATRIOTISMO NOS ESTAFARON.
Que la de Malvinas fue una guerra absurda, no hay dudas. Que nos engañaron desde el principio, es obvio. Que fue el manotazo de ahogado de un alcohólico, que jugo al TEG en el sur, donde fichas que eran personas, si señores fue así.
Pero lo peor de todo es que se jugo no solo con la vida de los jóvenes que fueron a una guerra estúpida, que guerra no lo es, con armamentos de “juguete”, sino que se jugó también con el sentimiento de todo un país, se secó el último brotecito de patriotismo verdadero de nuestra gente. Un patriotismo que nada tiene que ver con el patriotismo de “gorro, bandera y vincha” de un evento deportivo.
El programa al que hacia referencia, hablaba concretamente de los millones de dólares que se recaudaron para el FONDO SOLIDARIO DE MALVINAS, millones de dólares que nadie sabe donde fueron a parar, que “mágicamente” desaparecieron de las arcas del Banco Nación. Esto fue una ESTAFA con todas las letras, una estafa económica terrible. Pero la peor, para mí fue la ESTAFA MORAL
En 1982 yo tenía 7 años, estaba en 2° grado y me encantaba la escuela, vivía una infancia tranquila y sin sobresaltos. Mis recuerdos de esa época son pocos pero me acuerdo de la cantidad de chocolates que juntamos para los soldados, el amor y la admiración con que escribíamos cartas y pintábamos dibujitos para darles nuestro apoyo. Me acuerdo de una propaganda que decía “En caso de ataque aéreo UD. debe…..” y el miedo que sentía cada vez que pasaba un avión por mi casa (encima vivo cerca del aeropuerto, y en plena ruta aérea). Me acuerdo de cantar la Marcha de las Malvinas en lugar de Aurora antes de entrar a clases.
El otro día, veía con una enorme tristeza, como la gente se desprendía de cosas que eran un recuerdo familiar o que habían conseguido producto de mucho esfuerzo, orgullosos porque era para una causa mayor, para que NUESTROS CHICOS estuviesen bien. Y veía con repulsión como los REVERENDOS HIJOS DE MIL PUTAS, decían cosas como “están mejor que en casa” (NADIE ESTÁ BIEN EN UNA GUERRA CABRON DE MIERDA)
La estocada final a mis sentimientos fue cuando escuché, que los chocolates que reunieron los chicos de todo el país para los soldados, se vendían en los kioscos de la patagonia…..CON LAS CARTAS ADENTRO!!!!, no tuvieron ni siquiera la inteligencia (no digo delicadeza porque es imposible) de sacarlas. Lloré como una nena cuando escuché eso, porque mi recuerdo me llevo a mis 7 años nuevamente, a la ilusión con que llevábamos ese chocolate. Para mi, debo decirlo, un chocolate no era mucho, mi papá en esa época tenía un buen trabajo y le gustaba mimarnos con golosinas, pero para muchos de mis compañeros era un sacrificio tremendo, algunos comían chocolate solo cuando la seño nos regalaba golosinas por el día del niño o del estudiante. Tengo 35 años y hace mucho que me enteré que los chocolates no llegaron a destino, pero juro que cada vez que veo algo así, vuelvo a sentir el desencanto de una nena de 7 años a la que le robaron una ilusión, en este caso la ilusión era ayudar con algo tan chiquito, a DEFENDER A LA PATRIA.
Retomo lo que dije arriba, ¿cómo pretenden que tengamos Compromiso Social? Si la vez que “defendimos la Patria” por algo mas importante que un partido de fútbol (aunque haya sido otro circo igual al del mundial ’78), la vez que ofrecimos todo lo que teníamos, para la Patria, NOS AFANARON, y no sólo lo material, NOS AFANARON LA ILUSIÓN DE SENTIRNOS PATRIA.

lunes, 7 de septiembre de 2009

El día que crecí de golpe

Algunos hechos que han sucedido entre mis familiares y amigos, estas últimas semanas, me han llevado a pensar, cómo en un instante tu vida puede cambiar totalmente. Cómo un pequeño hecho puede desestabilizarte, puede hacer tambalear tu equilibrio interior y exterior. Cómo todos tenemos nuestr día "D", en el que parece que la vida te da un cachetazo y te dice " te lo venía advirtiendo y no quisiste escuchar" bueno aqui lo tenes.

Mi día "D" tiene fecha concreta: 04 de mayo de 2006.

Yo hasta ese día viví una vida sin mayores complicaciones, hice lo que todo el mundo, estudié, me recibí, empecé a laburar. Más allá de los vaivenes económicos, propios de nuestro pais, mi vida fue una vida tranquila y si bien en tiempos de vacas flacas colaboraba en casa, el que seguía llevando la batuta era mi papá. Pero un día todo cambió, un terremoto rompió todo mi equilibrio. En 2004 mi hermano partió a España, dejándome el lugar de HERMANA MAYOR, pero era un título meramente decorativo, porque no fue sino hasta 2 años después que tuve que hacer uso de él.

2006...empezó complicado, mi papá tuvo uno de sus cada vez más frecuentes episodios cardíacos (así le llaman los médicos a los cagazos que nos hace pegar cuando deja de cuidarse), por lo cual no estaba en condiciones de afrontar todos los trámites del velatorio de mi abuelo, y tuvo que hacerlos mi tío con mi compañía (porque solo hice eso acompañarlo). Pero el golpe vendría casi a mitad de año y por el lado que menos lo esperábamos, en medio de los preparativos de su cumple Nº60, mi mamá se cayó del colectivo y casi pierde la pierna. Estuvo 3 meses internada, pasó por 7 operaciones y estuvo 1 año en rehabilitación. Esto derivó en correr detras de médicos todo un año, más la corrida detrás de los abogados, porque la culpa fue del chofer y la empresa tenía que pagar el siniestro. (Perdón a los que se dedican a esas dos profesiones pero llegué a odiarlos.)

Con el cuadro familiar que describí anteriormente me toco hacerme cargo de todos los trámites y de tomar decisiones fundamentales para mi vida y la de mi familia, con mi hermana nos tocó afrontar el mantenimiento de la casa (impuestos, deudas, mercadería etc.)
De todo esto aprendí, sobre todo a confiar en mi misma y en mi criterio. Aprendí que la gente tiene su vida y sus propios problemas, que al principio están todos pero con el pasar de los días, van quedando solo los que siempre van a estar ahí. Aprendí a respetar y valorar a mi hermana, y a saber que cada día tengo que agradecer a Dios por regalarme a esa compañera de camino, en la que ahora sé me puedo apoyar incondicionalmente. Aprendí también un montón de cosas prácticas para la vida, poner una denuncia, firmar autorizaciones de intervenciones quirúrgicas, saber cual es la cara exacta y la frase justa para pedir o exigir determinadas cosas, cuando hay que negociar y cuando hay que ponerse firme.
2006 fue un año duro, y recibi uno de los golpes mas grandes de mi vida, pero también fue el año en el que más crecí.

¿Uds. han tenido un momento asi en la vida?